De pequeña me encantaba andar por la casa cortando mis muñecotes en este día de los Inocentes y pegárselos a la espalda de algún inocente, o de alguno que se hacía el inocente para que yo me quedase contenta. En cambio hoy ha pasado el día sin que me gasten ninguna broma, y eso que yo soy un blanco fácil!
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